Exiliados
Un
estilo tiene que ser individual, porque es la expresión de una manera individual
de sentir.
Middleton
Murry
La
poesía siempre estará más viva que los poetas que la quieren encerrar.
Marco
Fonz
La semana pasada leí un texto
de Marco Fonz (Ciudad de México, 1965) que la revista Círculo de Poesía publicó en el mes de marzo: La poesía mexicana: Un espejismo que sueña, y
aunque no estoy de acuerdo con todas sus reflexiones me parece necesario
rescatar algunas de sus ideas basada en ese espíritu de diálogo con que cierra su
interesante análisis sobre los vicios de nuestra poesía.
Podemos
resumir en tres las ideas generales que aborda en su ensayo:
1)
Desde que se ha buscado lo nacional en todos
los aspectos de la vida del mexicano a partir de la Independencia de este país (siglo
XIX) la poesía carece de algo tan sencillo como lo que va unido a su
etimología: poiesis, creación. Por
algún dislate, muchos poetas mexicanos en vez de crear, dice Fonz, se dejan “influenciar”
por las poéticas de otros países para terminar copiando, plagiando o
intertextualizando estas poéticas y firmándolas como propias.
2)
La siguiente reflexión es más grave que la
anterior y, para nuestra calamidad cultural, más vigente: la corrupción de los
grupos literarios. A través de Roberto Bolaño escuchamos durante casi toda la
década de 1990 que Octavio Paz fue el mayor obstáculo literario que enfrentó en
su carrera. Después se fue a Barcelona y fue haciéndose un camino ligado sobre
todo a su voluntad y persistencia en las letras. En México hay poetas –habrá que
observar si lo son- favorecidos por: el sistema, o de manera más clara por los
funcionarios públicos en turno; otros son favorecidos por sus cuates poetas y rechazan a otros porque
esta corrupción ha hecho una situación piramidal de la poesía mexicana y
mientras menos poetas haya más oportunidades tienen aquéllos de alcanzar la
punta (al menos así lo deben creer), y hay editores que favorecen a unos poetas
sobre otros y de ninguna manera se debe a la calidad literaria (muchas veces
los editores no se dan cuenta de la técnica usada por los poetas –ni les debe
importar-, sino que se fijan en otras cosas: las ventas, la influencia política
y cultural que pueden obtener de alguno de estos personajes, el prestigio que
les puede aportar señalar que publicaron a escritores consagrados pero cuya
literatura se ha vuelto cómoda y, muchas veces, insignificante literariamente.
3)
A pesar de lo anterior, existe poesía mexicana
alternativa que se ha abierto camino en muchos casos como Bolaño y en otros
fundando editoriales. Gracias a esto podemos observar que lo que caracteriza a
esta poesía no es la búsqueda de una poética nacional sino la consolidación del
territorio poético de cada autor. Aunque muchas veces algunos de estos poetas
exageren con las formas desestructuradas y no se vinculen con los lectores, la
multiplicidad de voces poéticas es un acierto enorme que nos desvela Fonz
porque ha ido fragmentando la abigarrada estructura cultural que poseemos y
favorece el surgimiento de poetas de cualquier sector de la sociedad.
Desde
mi punto de vista, uno de los errores que existen en México, al margen de esto
que se ha mencionado, es la creencia de que la poesía es algo elevado e
inalcanzable, así se enseña y así se le aleja de los lectores. Sin embargo, ni
los poetas son dioses ni la poesía es inalcanzable, como cualquier arte es algo
que si se practica diariamente en algún momento se alcanzará la meta deseada.
Enseñar
que la poesía es poiesis, es decir creación,
y que se ejerza no como repetidores de versos sino como creadores de versos, estrofas,
figuras retóricas: poemas; aportará un vigor enorme a la poesía. Sin embargo,
también hay que tener en cuenta que la poiesis,
siguiendo a Aristóteles, es asimismo imitación. Es decir, pensando en la
reflexión final de Fonz sobre las diversas poéticas que actualmente existen no podemos
llegar a ellas en la ignorancia, sin saber imitar las formas clásicas de la
poesía. Para llegar a la poiesis hay
que dominar la tecné (la técnica),
eso es el Arte, cualquier arte. Pero si los editores no dominan la tecné ni saben de la poiesis, entonces habrá que volver la
mirada a los textos que están publicando y cuestionarlos a ellos, a los
editores, su falta de compromiso literario.
Colofón: El único compromiso
que deben tener los poetas es el que pactan con la hoja en blanco y con su arte.
Aquí les dejo el vínculo del
ensayo de Marco Fonz: La poesía mexicana: Un espejismo que sueña.http://circulodepoesia.com/nueva/2013/03/la-poesia-mexicana-un-espejismo-que-suena/

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