La teoría del cuento de Edgar Allan Poe
Para
mis alumnos de Casa Lamm
A partir del Romanticismo,
pero, sobre todo, a partir de las reflexiones poéticas de Edgar Allan Poe la
manera en que el escritor concibe la composición de sus cuentos cambió. Ya no
se trata de componer una buena historia, incluyendo algunas técnicas
literarias, sino del efecto que el cuento puede provocar en el lector. Este
efecto, descrito por Poe como la “unidad de impresión”, tiene algunas
cláusulas: debe leerse en no más de dos horas y en no menos de treinta minutos;
cada elemento incorporado al interior de un cuento debe pensarse en términos del
efecto que deje en el lector; se ha de establecer, antes de escribirse, el tono
que seguirá el relato; la trama ha de ajustarse al tono y al efecto y se debe
elegir un eje sobre el cual gire la estructura de la historia.
Esta manera racional de escribir, retomada en su momento por
Jorge Luis Borges tanto para ratificarla (1964) como para negarla (1982), es el
disgusto de muchos escritores y editores en la actualidad. “Ya no te van a
publicar si escribes siguiendo la teoría de Poe porque está muy usada”, he
escuchado decir en varias ocasiones. Añaden que esto se debe al final
sorpresivo propuesto por el autor de El
principio poético. Sin embargo, al leer sus reflexiones no encuentro dicha
propuesta. Encuentro, sí, que él aborrecía los efectos sorpresivos puestos de
manera azarosa, sin pensar en el efecto que, de manera íntegra, un texto tuviera
sobre el lector.
Medito entonces que quienes hacen este tipo de comentarios
desconocen la teoría de Poe porque, además de lo que brevemente expuse en el
primer párrafo, dicha teoría ha sido retomada por autores que se consideran
íconos del cuento moderno: Anton Chéjov, Horacio Quiroga, Ernest Hemingway,
Jorge Luis Borges y, más recientemente, Roberto Bolaño y Ricardo Piglia.
A pesar de lo dicho, la teoría de Edgar Allan Poe no es
novedosa. Se basa, considerablemente, en la Poética
de Aristóteles. La regla aristotélica de las tres unidades (de acción, tiempo y
lugar) las reduce a la “unidad de impresión”; retoma las ideas del estagirita
acerca de que la impresión de un texto debe denotar belleza, pasión y verdad;
establece que la brevedad debe ser acorde al efecto; considera que cada
elemento incorporado en un relato, desde una letra hasta cada parte de la trama,
se enlazará pensado en que el lector pueda percibir el tono del texto y la
intención del autor al escribirlo, entre otras.
La
innovación de Poe, en tal caso, al retomar estos elementos, y pasarlos por un
colador, es darle dinamismo a la creación. Desde dónde crear y para quién crear
parece preguntarse. La sociedad que rodeaba a Poe no era la misma que rodeaba a
Aristóteles, y si retoma aspectos de la Poética
para construir una nueva poética también recoge elementos de los creadores que
están a su alrededor para crear, tanto positivos como negativos: “cómo me
aburren las descripciones innecesariamente largas y sentimentaloides”, sugieren
sus opiniones (a la manera en que Chejov se lo dijo a su hermano), “el poema
que acabo de citar es especialmente hermoso, pero la elevación poética que
induce hemos de referirla principalmente a nuestra simpatía por el entusiasmo
del poeta”, reflexiona para aprovechar, como escritor, los aciertos y errores
de otros poetas en El principio poético,
pero es sobre todo en La filosofía de la
composición en donde vemos su desgranaje
literario:
Hace algún tiempo hice un
análisis del mecanismo de la composición de “Barnaby Rudge”, y Charles Dickens,
refiriéndose a este análisis en una nota que ahora tengo ante mí, dice: “Entre
paréntesis, ¿se ha dado usted cuenta de que Godwin escribió su Caleb Williams al revés? Comenzó su obra
creando una situación llena de dificultades a su héroe: este episodio forma el
segundo volumen; y luego, en el primero, inventa algún modo de explicar lo que
ha hecho.
No
creo que este haya sido exactamente el procedimiento empleado por Godwin, y, en
verdad, lo que él mismo reconoce no concuerda del todo con la idea que sobre el
particular se ha formado Mr. Dickens; empero, el autor de Caleb Williams era un artista en toda la acepción de la palabra, y,
por lo tanto, no podía dejar de notar las ventajas que tal sistema, aunque sólo
fuese parecido, pudiera reportarle.
Dejando
de lado la especulación de si Godwin podía notar las ventajas que dicho sistema pudiera reportarle, lo que
queda claro es que Poe sí las notaba: por un lado, escribir primero el conflicto
de un personaje y después el inicio ayuda a gradar las acciones en las que se
mete a su héroe (así compuso El cuervo);
por el otro, supongamos que el texto quede así, se parte del conflicto y se
desenvuelve hasta llegar al desarrollo y desenlace de un relato, este es el
sistema que sigue Poe en “El tonel de amontillado”, el narrador cuenta su
historia cincuenta años después de ocurrida a partir del conflicto que le causa
otro personaje y desenvuelve con ironía y grandeza las acciones que llevarán al
cumplimiento de la inmolación de Fortunato.
La teoría de Poe sigue teniendo tal vigencia que
no podemos leer a Poe sin admiración y como uno de los grandes maestros que en materia
literaria ha dado el mundo. De ahí que mi recomendación para las nuevas
generaciones es que lean a Poe, que lo lean y, como hubiera recomendado
Aristóteles, que lo imiten. Es posible que en esa imitación encuentren el
esplendor de sus propias letras.
El cuento, aunque parezca, no es fácil de manejar. Los tiempos en el cuento deben ser precisos y no se debe meter tanto lastre. No por aquello que, de tanto decirlo, se ha vuelto un lugar común, eso de que "La novela por punto y el cuento por nocau" eso ya esta como mandado a recoger porque el cuento ha sufrido muchas modificaciones a medida que la sociedad cambia y se transforma
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, Francisco. El cuento es difícil de manejar, sobre todo cuando han pasado tantos buenos escritores desde Poe, que han matizado o modificado sus teorías. No obstante, empezar a escribir un cuento con la teoría de Poe es mucho más difícil, por ejemplo, que usar o abusar de la imaginación, porque un buen cuento necesita de la inteligencia, del conocimiento de recursos literarios y de la pericia del escritor y eso sólo se da con estudio, tiempo, mucho trabajo y disciplina.
EliminarGenios se necesitan para lograr buenos cuentos. Los terrícolas hacemos el intento...
ResponderEliminarInteresante me gustaría compartirte este texto que escribí-construí.
ResponderEliminarhttp://giovany-uaem.com/2014/08/11/teoria-del-cuento-por-poe/
Saludos.
Gracias por compartir, Giovany. Saludos.
EliminarDISCULPEN PERO ME GUSTARIA SABER EN QUE AÑO SE DIJO ESTO ESTOY PREPARANDO UNA HERRAMIENTA Y NESECITO TENER UN AÑO PRECISO
ResponderEliminarHola, Yineeth, Edgar Allan Poe publicó su teoría del cuento a través de dos reseñas sobre el libro de Nathaniel Hawthorne Cuentos contados dos veces. Las reseñas fueron publicadas en Graham's Magazine en abril y mayo de 1842. En 1850, Rufus Griswold en su edición de las obras completas de Poe volvió a publicarlas como si fuesen un ensayo y le hizo algunos cambios. Te recomiendo la siguiente página en donde podrás encontrar prácticamente todas las publicaciones de Poe y sus fehcas de edición, bibliografía y otras herramientas que te serán de utilidad: http://www.eapoe.org/works/index.htm Muchos saludos.
Eliminar¿Cómo se titula el libro en el que está escrita la teoría del cuento de Poe?
ResponderEliminarUn saludo
Hola, Estrella solitaria, generalmente se publica en sus libros sobre Crítica literaria, pues en realidad hacía una reseña sobre un libro de Hawthorne. En español la publica la editorial argentina Claridad. Saludos.
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