Sobre literatura
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Para Icela Lightbourn En casa de mis padres el estudio de la literatura no era el “pan transfigurado” del que Kandinsky habla en Sobre lo espiritual en el arte ; no era necesario ese pan si desde la íntima comprensión de mi madre teníamos ya una religión, y ésta debía llenarlo todo (y lo hizo, tanto que nos asfixió...). Tampoco en la escuela veían que la enseñanza de la literatura nos fuera a hacer artistas, académicos, escritores ni de chiste, o algo parecido. Tal vez por ello mis libros de texto no eran los extraordinarios libros que he descubierto con los años. No es que mis libros de la escuela fuesen malos, porque no lo eran, pero tenían ese dejo de embarrada de cultura con que quieren llenar algunos centros educativos sus programas de estudio. Un libro que debí leer en la prepa ―y que no leí, por supuesto― es Teoría y técnica de la literatura de Francisco Montes de Oca, editado por Porrúa. En este pequeño diccionario dirigido a estudiantes se compendia el conocimiento l...