Mujeres escritoras en México: Macuilxochitzin (c.1435-?), primera escritora


Antes de la llegada de los españoles a tierra mexica, esta tierra era amplia y diversa, aunque también altamente moral y cada ser humano, de acuerdo con su casta ―tlacotin (esclavos), macehuales (tributarios) y pipiltin (nobles)―, realizaba una tarea específica. En el caso de las mujeres, su papel consistía en ser esposas, madres y transmitir la moral, la religión, cuidar a los hijos y comportarse con honor de acuerdo con las reglas de su casta, pues en las mujeres recaía el honor de las familias.

            Como parte de la formación de los nobles, mujeres y hombres, se les educaba en lengua, cultura, costumbres, religión, política, arte, danza, canto y la escritura. A quien desempeñaba este último oficio, la escritura, se les llamaba tlacuilos, que significa ‘escribir pintando’, ya que escribían pintando los códices. De acuerdo con su especialidad, se destinaban a los tlacuilos a casa de tributos, mercados, templos, palacios para que desempeñaran sus funciones. Esta escritura no solía ser firmada, dado que era de uso público.

            No obstante, los tlacuilos también podían escribir otro tipo de textos, personales y poéticos, en los que transmiten emociones, cuentan historias, reflexionan sobre la vida y sus avatares y, como son personales, estos escritos suelen estar firmados. Entre los principales autores prehispánicos encontramos a Tlaltecatzin (s. XIV), Nezahualcoyotl (s. XV), Axayacatl (s. XV), Nezahualpilli (ss. XVy XVI), Ayocuan Cuetzpalzin (ss. XV y XVI). Y entre ellos, sobresale la figura de la primera mujer escritora en tierra mexica de la que tenemos noticia: Macuilxochitzin (s. XV). Es complicado saber si hubo más escritoras de este tipo de textos, además de Macuilxochitzin antes de la llegada de los españoles, sobre todo porque los textos de tlacuilas macehuales no eran firmados ―solamente firmaban sus textos los nobles― y por la quema de los códices que realizaron varios religiosos, como Fray Juan de Zumárraga en 1530.[1]

 

Inicialmente la actitud que los religiosos y colonizadores adoptaron en el comienzo de la Colonia frente a los “Libros pintados” indígenas fue clara: su destrucción. A partir de la caída de Tenochtitlán, la capital azteca, la historia de los documentos indígenas que contenían su memoria se caracterizará por una lucha entre los partidarios de su quema, religiosos que ven en ellos el reflejo del demonio y los intelectuales simpatizantes de su conservación, que comprendieron la importancia de los mismos como fuente para conocer la trayectoria histórica y religiosa de los pueblos conquistados.[2]

           

            De este modo, tenemos a Macuilxochitzin como la primera escritora que se abre paso con su pluma de una forma personal y entrañable. Se cree que nació en Azcapotzalco en 1435 y su origen era chichimeca. Fue adoptada por Tlacaelel, consejero de los reyes mexicas, quien la llevó a vivir a palacio. El nombre de esta escritora significa 5-flor por haber nacido ese día, según el calendario azteca.

            Como poeta, Macuilxochitzin es semejante a los demás escritores en la construcción de su poesía y en la emoción que intenta transmitir a sus oyentes y, de este modo, emplea metáforas, interjecciones, alarga las vocales para dar énfasis a lo que quiere expresar, repite o suprime palabras y frases; es decir, hace uso de las figuras retóricas y de las estrategias literarias comunes en su época[3]. En su escritura, podemos observar la influencia de otros autores, en particular, los más célebres de sus contemporáneos: Nezahualcoyotl y Axayácatl, este último a quien está dedicado también el poema con el objetivo de referir el valor que el rey demostraba en la guerra y motivar, así, a los guerreros a la lucha

El “Canto” (Yaocuícatl) de Macuilxochitzin es un poema de guerra; sin embargo, es al mismo tiempo profundamente filosófico sobre el sentido de la vida del guerrero y narrativo. La narración con la que se cierra el “Canto” aparentemente queda incompleta, pero esta es una de las estrategias retóricas comunes del periodo, para que los oyentes fueran quienes le den sentido al mensaje final en relación con la emotividad expresada; es decir, sean cocreadores de la obra, como ocurre con la narrativa contemporánea.

Podemos interpretar con este canto que Macuilxochitzin deseaba representar que la vida de un guerrero tiene sentido a partir del honor con que lucha y, para ello, toma de ejemplo a Axayácatl, uno de los mejores guerreros de la época, Tlatoani del Imperio mexica. En contraste con el valor del Tlatoani, se observa la cobardía del guerrero Tlilalt que lo hiere en la pierna y que manda a sus mujeres a interceder por él ante Axayácatl. Este episodio que relata la poeta se da en la última batalla de la guerra contra los purépechas, en 1480, en la que Axayácatl es herido en una pierna cuando combatía contra Tlilcuetzpalin, señor de Jiquipilco, herida de la que nunca pudo recuperarse y por la que falleció poco tiempo después en Tenochtitlán. En esta batalla, además, alrededor de veinte mil soldados murieron o fueron hechos prisioneros y llevados a Tzintzuntzan, capital de los purépechas, para ser sacrificados como ofrendas en sus rituales.

Se comprende entonces la necesidad que pudo haber visto Macuilxochitzin de levantar el ánimo a los soldados, razón por la que escribió un poema de guerra, y narrar los triunfos del tlatoani, contra los matlazincas de Toluca, por ejemplo, o la misma guerra contra los purépechas como si de un éxito se hubiera tratado y no como la derrota que fue.

            No se han encontrado otros poemas de la autora y se desconoce su paradero y la fecha de su fallecimiento tras los hechos que cuenta en este poema.

 

Canto[4]

Macuilxochitzin

 

Elevo mis cantos,

yo, Macuilxóchitl,

con ellos alegro al Dador de la vida,

¡comience la danza!

 

¿Adónde de algún modo se existe,

a la casa de Él

se llevan los cantos?

¿O sólo aquí

están vuestras flores?,

¡comience la danza!

 

El matlatzinca

es tu merecimiento de gentes, señor Itzcóatl:

¡Axayacatzin, tú conquistaste

la ciudad de Tlacotépec!

Allá fueron a hacer giros tus flores,

tus mariposas.

Con esto has causado alegría.

El matlatzinca

está en Toluca, en Tlacotépec.

 

Lentamente hace ofrenda

de flores y plumas

al Dador de la Vida.

Pone los escudos de las águilas

en los brazos de los hombres,

allá donde arde la guerra,

en el interior de la llanura.

Como nuestros cantos,

como nuestras flores,

así, tú, el guerrero de cabeza rapada,

das alegría al Dador de la Vida.

Las flores del águila

quedan en tus manos,

señor Axayácatl.

Con flores divinas,

con flores de guerra

queda cubierto,

con ellas se embriaga

el que está a nuestro lado.

 

Sobre nosotros se abren

las flores de guerra,

en Ehcatépec, en México,

con ellas se embriaga

el que está a nuestro lado.

 

Se han mostrado atrevidos

los príncipes,

los de Acolhuacan,

vosotros los tepanecas

Por todas partes Axayácatl

hizo conquistas,

en Matlatzinco, en Malinalco,

en Ocuillan, en Tequaloya, en Xohcotitlan.

Por aquí vino a salir.

Allá en Xiquipilco a Axayácatl

lo hirió en la pierna un otomí,

su nombre era Tlilatl.

Se fue éste a buscar a sus mujeres,

les dijo:

“Preparadle un braguero, una capa,

se los daréis, vosotras, que sois valientes.”

Axayácatl exclamó:

–“¡Que venga el otomí

que me ha herido en la pierna!”

El otomí tuvo miedo,

dijo:

–“¡En verdad me matarán!”

Trajo entonces un grueso madero

y la piel de un venado,

con esto hizo reverencia a Axayácatl.

Estaba lleno de miedo el otomí.

Pero entonces sus mujeres

por él hicieron súplica a Axayácatl.

 

Macuilxochitzin Icuic

 

Macuilxochitzin Icuic

A nonpehua noncuica,

ni Macuilxochitl,

zan noconahuiltia o a in ipalnemoa,

yn maconnetotilo – ohuaya, ohuaya!

 

Quenonamican,

can o ye ichan

im a itquihua in cuicatl?

Ic zanio nican

y izca anmoxochiuh?

In ma onnetotilo – ohuaya, ohuaya!

 

Temomacehual matlatzincatl,

Itzcohuatzin:

In Axayacatzin ticmomoyahuaco

in altepetl in Tlacotepec – a ohuaya!

O ylacatziuh ya ommoxochiuyh,

mopapaloouh.

Ic toconahuiltia.

In matlatzincatl, in Toloca, in Tlacotepec – a ohuaya.

 

Ayaxca ocontemaca

in xochitlaihuitla

ypalnemoa – ohuaya.

In quauhichimalli in temac,

ye quimana – ohuican ouihua,

yan tlachinolli itic,

yxtlahuatl itic – ohuaya, ohuaya.

In neneuhqui in tocuic,

neneuhqui in toxochiuh,

can tiquaochpan,

in toconahuiltia ypalnemoa – ohuaya, ohuaya.

In quauhxochitl

in momac ommani,

Axayacatzin.

In teoaxochitl,

in tlachinolxochitl ic,

yzhuayotimani,

yca yhuintihua

in tonahuac onoca – ohuaya, ohuaya.

 

Topan cueponi – a

yaoxochitl – a,

in Ehecatepec, in Mexico – ye ohoye

ye huiloya yca yhuintihua

in tonahuac onoc.

 

Za ye netlapalolo

in tepilhuan,

in acolihuaque,

an antepaneca – ohuaya, ohuaya.

 

In otepeuh Axayaca

nohuian,

Matlatzinco, Malinalco,

Ocuillan, Tequaloya, Xohcotitlan.

Nican ohualquizaco.

Xiquipilco oncan

oquimetzhuitec ce otomitl,

ytoca Tlilatl.

 

Auh yn oahcico,

quimilhui ycihuahuan:

– Xitlacencahuacan in maxtlatl, in tilmatli,

anquimacazque amoquichui.

Oquinenotzallan:

– Ma huallauh yn otomitl,

yn onechmetzhuitec!

Momauhtihtica yn otomitl,

quittoa:

 

Anca ye nechmictizque!

Quihualhuica in huepantli,

in tlaxipehualli in mazatl,

ic quitlapaloco in Axaya.

Momauhtitihuitz.

Auh zan oquitlauhtique yn icihuahuan Axayaca.

 




Conquistas de Axayácatl en el Códice Mendoza

 

Bibliografía

Antología general de la poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días. Selección, prólogo y notas de Juan Domingo Argüelles. México, Océano, 2012, pp. 76-77.

Axayácatl: biografía. Edu.lat. Biografías de personajes históricos, 2019. Recuperado de https://definicion.edu.lat/academia/8120D07710F0DD6D903B7EA677E916F4.html#Debacle_y_unica_derrota

Batalla Rosado, Juan José, “Códices indianos del siglo XVI. La pervivencia de la escritura indígena tradicional”, Universidad Complutense de Madrid, s. f., p. 13. Recuperado de https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-3%20codices.pdf

Gay, Asmara. “Breve panorama de la literatura mexicana y el rol de las mujeres”, en Josefina Pantoja, Diego Mejía y Asmara Gay. Seminario de escritoras mexicanas. Curso intersemestral en la Universidad Rosario Castellanos, 2024.

León-Portilla, Miguel, “Fray Juan de Zumárraga y las lenguas indígenas de México”, en Obras de Miguel León-Portilla. Tomo IV. Biografías. México, UNAM-IIH-El Colegio Nacional, 2009, pp. 93-112. Recuperado de https://historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/obras_leon_portilla/543/543_04_04_juanzumarraga.pdf y C. Noragueda, “Cultura en llamas”, Hipertextual, 2015. Recuperado de https://hipertextual.com/2015/11/quema-publica-de-libros

Pérez, Christian. Poemas en náhuatl: la princesa mexica Macuilxochitzin. Muy interesante, 2018. Recuperado de https://www.muyinteresante.com.mx/sociedad/5568.html 

Yaocuícatl, el poderoso canto de guerra prehispánico. México desconocido, s. f., https://www.mexicodesconocido.com.mx/yaocuicatl-el-poderoso-canto-de-guerra-prehispanico-que-escribio-una-mujer-mexica.html

 

 

           

 



[1] Cfr. Miguel León-Portilla, “Fray Juan de Zumárraga y las lenguas indígenas de México”, en Obras de Miguel León-Portilla. Tomo IV. Biografías, UNAM-IIH-El Colegio Nacional, 2009, pp. 93-112. Recuperado de https://historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/obras_leon_portilla/543/543_04_04_juanzumarraga.pdf y C. Noragueda, “Cultura en llamas”, Hipertextual, 2015. Recuperado de https://hipertextual.com/2015/11/quema-publica-de-libros

[2] Juan José Batalla Rosado, “Códices indianos del siglo XVI. La pervivencia de la escritura indígena tradicional”, Universidad Complutense de Madrid, s. f., p. 13. Recuperado de https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-3%20codices.pdf

[3] Al respecto de las estrategias retóricas y literarias en la literatura prehispánica véase Daniel Garrison Brinton, Aboriginal American Authors and their productions; especially those in the native languages, Philadelphia, 1883. Recuperado de https://archive.org/details/aboriginalameri03bringoog/page/n8/mode/2up

[4] La traducción corresponde a Miguel León-Portilla.


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